Son sustancias preparadas a partir de determinadas plantas, donde se utilizan únicamente sus flores, órgano donde la planta concentra toda su potencia y vitalidad.
Al igual que los medicamentos homeopáticos, las esencias florales no son extractos químicos de la flor que las origina, sino un producto que guarda su energía, para ser usada como tratamiento de una gran diversidad de problemas.
¿De dónde vienen?
Si bien se han empleado desde la antigüedad, pues se describe su uso en la antigua China y también en Grecia (Platón cuenta cómo su maestro Sócrates empleaba el rocío depositado sobre ciertas flores para aliviar desequilibrios emocionales), fue hasta el siglo XX que el Dr. Edward Bach, desarrolló un nuevo sistema de tratamiento basado en el uso de las esencias florales.
Nació en Monseley, Inglaterra en 1886. Se graduó de médico en la Universidad de Birminghan y posteriormente estudió Salud Pública, Bacteriología, Inmunología y Homeopatía.
Él consideraba que en todo proceso de sanación las enfermedades del corazón y de la mente debían ser el foco de atención del terapeuta. Concluyó que “…nuestros temores, nuestras aprensiones, nuestras ansiedades y demás son las que abren la puerta a la invasión de la enfermedad.” Estableció una conexión médica entre los sentimientos y la enfermedad física real.
¿Para qué sirven?
El Dr. Bach comenzó a investigar y perfeccionar su método de terapias florales a partir de 1930. Él las usó para tratar situaciones como la angustia mental y otra gran diversidad de trastornos mentales o emocionales. Sentimientos y emociones tales como el remordimiento, la desconfianza, el desánimo, el desinterés, la irritabilidad, el miedo, la preocupación excesiva, etc., fueron parte de los problemas en los que trabajó en sus enfermos a través de las esencias florales, siempre dirigido a poder resolver los problemas que afectan al ser humano en su intimidad.
Al igual que con la Homeopatía, el tratamiento con las esencias florales de Bach, considera que la corrección de las actitudes mentales dañinas permite evitar el desarrollo de una enfermedad física, actuando en un nivel claramente preventivo. Por otro lado, en la enfermedad física ya establecida, el tratamiento del componente mental causante o reactivo (aquel que genera o mantiene la enfermedad), será de indiscutible ayuda en el proceso de curación del enfermo.
¿Dónde se usan?
Desde su creación, la Medicina Floral es usada en Inglaterra y otros países de Europa. Hacia 1970 llega a América, alcanzando gran difusión en países como Estados Unidos, Canadá, Argentina y Colombia.
En 1976 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce y recomienda a la Terapia Floral como sistema de tratamiento médico.
No hay duda que los remedios florales pueden ser medios que ayuden a una transformación profunda del ser humano, al permitir incorporar cualidades de armonía, presentes en la energía de las flores, en la profundidad del ser humano, facilitando así su crecimiento y desarrollo personal integral.
Al igual que los medicamentos homeopáticos, las esencias florales no son extractos químicos de la flor que las origina, sino un producto que guarda su energía, para ser usada como tratamiento de una gran diversidad de problemas.
¿De dónde vienen?
Si bien se han empleado desde la antigüedad, pues se describe su uso en la antigua China y también en Grecia (Platón cuenta cómo su maestro Sócrates empleaba el rocío depositado sobre ciertas flores para aliviar desequilibrios emocionales), fue hasta el siglo XX que el Dr. Edward Bach, desarrolló un nuevo sistema de tratamiento basado en el uso de las esencias florales.
Nació en Monseley, Inglaterra en 1886. Se graduó de médico en la Universidad de Birminghan y posteriormente estudió Salud Pública, Bacteriología, Inmunología y Homeopatía.
Él consideraba que en todo proceso de sanación las enfermedades del corazón y de la mente debían ser el foco de atención del terapeuta. Concluyó que “…nuestros temores, nuestras aprensiones, nuestras ansiedades y demás son las que abren la puerta a la invasión de la enfermedad.” Estableció una conexión médica entre los sentimientos y la enfermedad física real.
¿Para qué sirven?
El Dr. Bach comenzó a investigar y perfeccionar su método de terapias florales a partir de 1930. Él las usó para tratar situaciones como la angustia mental y otra gran diversidad de trastornos mentales o emocionales. Sentimientos y emociones tales como el remordimiento, la desconfianza, el desánimo, el desinterés, la irritabilidad, el miedo, la preocupación excesiva, etc., fueron parte de los problemas en los que trabajó en sus enfermos a través de las esencias florales, siempre dirigido a poder resolver los problemas que afectan al ser humano en su intimidad.
Al igual que con la Homeopatía, el tratamiento con las esencias florales de Bach, considera que la corrección de las actitudes mentales dañinas permite evitar el desarrollo de una enfermedad física, actuando en un nivel claramente preventivo. Por otro lado, en la enfermedad física ya establecida, el tratamiento del componente mental causante o reactivo (aquel que genera o mantiene la enfermedad), será de indiscutible ayuda en el proceso de curación del enfermo.
¿Dónde se usan?
Desde su creación, la Medicina Floral es usada en Inglaterra y otros países de Europa. Hacia 1970 llega a América, alcanzando gran difusión en países como Estados Unidos, Canadá, Argentina y Colombia.
En 1976 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce y recomienda a la Terapia Floral como sistema de tratamiento médico.
No hay duda que los remedios florales pueden ser medios que ayuden a una transformación profunda del ser humano, al permitir incorporar cualidades de armonía, presentes en la energía de las flores, en la profundidad del ser humano, facilitando así su crecimiento y desarrollo personal integral.
"La ciencia actual, con el auge de la tecnología y el método científico, nos ha hecho conocer más de la enfermedad, pero nos ha alejado de quien la padece, y quien en realidad encarna el aspecto más importante."
Dr. Santiago Rojas
(“Esencias florales…Un camino”)
Dr. Santiago Rojas
(“Esencias florales…Un camino”)