En una publicación anterior mencionamos sobre la efectividad de la Terapia Neural en el dolor lumbar. En esta ocasión nos ocupamos de otra causa también frecuente de consulta como es el dolor de cuello o dolor cervical. Se calcula que hasta un 40 % de la gente tiene o tendrá al menos un episodio de dolor cervical en algún momento de la vida, siendo un poco más frecuente en mujeres. Dentro de los orígenes más frecuentes para el dolor cervical se hallan las causas musculoesqueléticas y el estrés puede ser un factor concomitante importante. El problema se vuelve difícil sobre todo para el dolor crónico, pues el eje de movimiento de nuestro "centro de percepción del mundo" (la cabeza) se ve funcionalmente limitado.
Como ya la mayoría de ustedes saben, la selección de los puntos inyectados depende del diagnóstico que el médico terapeuta neural debe hacer del paciente. La terapia es, por lo tanto, individualizada. El propósito es, al final, vía la estimulación eléctrica (¡sin que el paciente sienta electricidad alguna!) sobre el sistema nervioso autónomo, lograr la mejoría clínica del paciente (incluido el dolor).
En un detallado estudio realizado por el Dr. Carlos Chiriboga (uno de mis profesores de Terapia Neural) y colaboradores del hospital Alcívar, en Guayaquil, Ecuador, analizaron los resultados de la Terapia Neural en el tratamiento de pacientes con dolor cervical. Este estudio fue presentado para las XIV Jornadas Médicas de ese hospital en el año 2006.
El estudio incluyó a 64 pacientes que, en promedio, habían sufrido de dolor de cuello durante casi dos años, con una edad promedio de casi 50 años. Casi 2/3 de ellos tenían lesiones radiológicas que podían incluir desde artrosis degenerativa ("desgaste" de la columna cervical) hasta lesiones de los discos intervertebrales (hernias o protrusiones). La intensidad del dolor de los pacientes se estableció en un promedio de 7.67 de una escala de 1 a 10. Después de la primera sesión de terapia neural, el dolor redujo, en promedio, 2 puntos en la misma escala. Al final del período de seguimiento, que osciló entre 2 y 6 meses, la intensidad promedio del dolor, entre los 64 pacientes fue de solo 0.7 en la misma escala. Para el 84 % de los pacientes, los resultados fueron calificados como "buenos" o "muy buenos". (leer artículo original)
Como ya la mayoría de ustedes saben, la selección de los puntos inyectados depende del diagnóstico que el médico terapeuta neural debe hacer del paciente. La terapia es, por lo tanto, individualizada. El propósito es, al final, vía la estimulación eléctrica (¡sin que el paciente sienta electricidad alguna!) sobre el sistema nervioso autónomo, lograr la mejoría clínica del paciente (incluido el dolor).
En un detallado estudio realizado por el Dr. Carlos Chiriboga (uno de mis profesores de Terapia Neural) y colaboradores del hospital Alcívar, en Guayaquil, Ecuador, analizaron los resultados de la Terapia Neural en el tratamiento de pacientes con dolor cervical. Este estudio fue presentado para las XIV Jornadas Médicas de ese hospital en el año 2006.
El estudio incluyó a 64 pacientes que, en promedio, habían sufrido de dolor de cuello durante casi dos años, con una edad promedio de casi 50 años. Casi 2/3 de ellos tenían lesiones radiológicas que podían incluir desde artrosis degenerativa ("desgaste" de la columna cervical) hasta lesiones de los discos intervertebrales (hernias o protrusiones). La intensidad del dolor de los pacientes se estableció en un promedio de 7.67 de una escala de 1 a 10. Después de la primera sesión de terapia neural, el dolor redujo, en promedio, 2 puntos en la misma escala. Al final del período de seguimiento, que osciló entre 2 y 6 meses, la intensidad promedio del dolor, entre los 64 pacientes fue de solo 0.7 en la misma escala. Para el 84 % de los pacientes, los resultados fueron calificados como "buenos" o "muy buenos". (leer artículo original)
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