Hemos recomendado largamente a nuestros pacientes el consumo de frutos secos o semillas (maní, almendras, nueces, macadamia, ajonjolí, etc.) como parte integral de una buena alimentación. Aunque no están habitualmente incorporadas en nuestra mesa, debemos hacerlo, y no solo considerarlas como golosinas alternativas o condimentos de panadería.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en Costa Rica y también en los países desarrollados y están representadas fundamentalmente por las enfermedades del corazón y las arterias y los accidentes vasculares cerebrales (o "derrames"). Debemos considerar siempre, con respecto a ellas, que los cambios de estilo de vida son las medidas de inicio primordiales. Dentro de estas medidas iniciales, el consumo de estas semillas oleaginosas se confirma ahora como medida efectiva.
Aparte de sus propiedades nutricionales ya conocidas, los estudios epidemiológicos han asociado su consumo con una disminución del riesgo de sufrir enfermedad de las arterias coronarias (las que oxigenan al músculo del corazón, y cuyos problemas originan infartos y otras enfermedades cardiacas). El artículo médico aquí comentado demuestra que el consumo habitual de frutos secos reduce de forma "significativa" los niveles de colesterol, los triglicéridos y con ello, el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares
El estudio, publicado en la revista Archives of Internal Medicine, ha reunido los datos individuales de 583 personas de ambos sexos que participaron en 25 estudios sobre el consumo de frutos secos en siete países. El trabajo fue conducido por el Dr. Joan Sabaté del Departamento de Nutrición, Epidemiología y Bioestadística de la Universidad de Loma Linda, California, en asociación con investigadores del Hospital Clínico y del Instituto de Salud Carlos III, en Barcelona. Al analizar los resultados obtenidos, los investigadores han afirmado que "todos los frutos secos reducen el colesterol y los triglicéridos de modo similar".
Una interesante observación, derivada del estudio, es que el consumo de 67 gramos diarios de frutos secos es capaz de reducir los niveles en la sangre de LDL (comúnmente llamado "colesterol malo") sin afectar los niveles del HDL (o "colesterol bueno"), y que los niveles de triglicéridos eran reducidos únicamentes si se hallaban elevados (por encima de 150 mg/dL).
Concluyen los autores que "los frutos secos son un componente principal de la dieta saludable dado su alto contenido en grasas insaturadas y fibra, que contribuyen a la reducción de colesterol, pero también en minerales, proteínas, vitaminas y otros antioxidantes, que hacen que estos alimentos sean realmente píldoras naturales de salud".
(resumen del artículo original en inglés)
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