Son de sobra conocidos los efectos beneficiosos del ejercicio en la prevención del riesgo cardiovascular. La falta de tiempo disponible es una de las excusas (fatales) que algunos esgrimen para no hacerlo. Este estudio sugiere una opción a esto: desplazarnos por nuestro propio esfuerzo en la ruta hacia el trabajo.
Según los resultados comentados, tanto la presión arterial como los niveles sanguíneos de triglicéridos, al igual que la obesidad, se ven disminuidos si caminamos o viajamos en bicicleta a nuestros trabajos. Estas son las conclusiones de la investigación del Dr. Gordon-Larsen y colaboradores de la Universidad de Carolina del Norte y que fue publicado en la revista Archives of Internal Medicine.
Los niveles de condición física, el colesterol HDL sanguíneo y los niveles de insulina también se vieron favorablemente afectados por este hábito del transporte activo.
(leer artículo en inglés)
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