Malos hábitos de alimentación en la adolescencia favorecerían aparición posterior del síndrome metabólico.
Ahora,
investigadores suecos han confirmado una conexión entre el hábito de un mal
desayuno y el desarrollo de síndrome metabólico en el futuro. Este estudio fue
iniciado con estudiantes del 9º año (16 años) en una secundaria en la ciudad de
Lulea (Suecia) en 1981. Tras 27 años, los individuos del estudio fueron
reevaluados. El propósito era establecer si había relación entre el hábito de
tomar un mal desayuno y la aparición posterior de síndrome metabólico.
El estudio
demostró que aquellos jóvenes que descuidaron el hábito de desayunar, o que
tomaban un desayuno de mala calidad, llegaron a tener un 68 % más de incidencia
del síndrome metabólico, comparado con aquellos jóvenes que en su juventud
tomaron desayunos más sustanciosos. De la misma manera, la obesidad abdominal y
altos niveles de glucosa en sangre en ayunas, podían ser también relacionados
con el hábito de un desayuno de mala calidad en la juventud.
La Dra.
Wennber, directora del estudio, recalca que si bien es necesario profundizar en
las conclusiones de su estudio, se puede concluir que un desayuno pobre tiene
un efecto perjudicial en la regulación de la glucosa en sangre.
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