Cada vez es más común el uso de sustitutos del
azúcar para controlar el peso y prevenir la diabetes, tanto en bebidas
envasadas como en las caseras, incluyendo desde luego el café. Sin embargo, ha
sido motivo de desconcierto para los investigadores el hecho de que su uso no
parece ayudar en la pérdida de peso y
algunos estudios han sugerido que incluso pueden tener un efecto contrario.
En una reciente publicación de la revista
Nature, un grupo de investigadores del Instituto Weizmann, en Israel, parece
haber hallado la respuesta a esto. Se hizo un experimento con ratones a los que
se les dio agua endulzada con los tres edulcorantes artificiales más
utilizados. Estos ratones desarrollaron intolerancia a la glucosa en comparación
con ratones que bebieron agua o incluso, agua azucarada. El experimento fue
repetido con diferentes tipos de ratones y distintas dosis de los edulcorantes
produciendo los mismos resultados: estas sustancias inducen de alguna manera
intolerancia a la glucosa.
La explicación al fenómeno se da por la
alteración de las bacterias que viven en el intestino de los roedores. Estas
bacterias reaccionan a las nuevas sustancias (los edulcorantes artificiales),
que el propio organismo no puede reconocer como "alimento". Las
poblaciones de estas bacterias fueron aisladas y transferidas a los intestinos
de ratones sanos, generando en ellos la misma intolerancia a la glucosa de los
que habían consumido edulcorantes.
Para comprobar si los resultados podían
extenderse al organismo humano, pidieron a un grupo de voluntarios, no
consumidores de edulcorantes artificiales, hacerlo durante una semana. Después
de esto les realizaron pruebas para ver sus niveles de glucosa, así como la
composición de su microbiota (población de bacterias) intestinal. Algunos de los
voluntarios habían empezado a desarrollar intolerancia a la glucosa después de
sólo una semana de su consumo. El Dr. Eran Elinav, uno de los investigadores, concluye
que ciertas bacterias, en los intestinos de las personas que desarrollaron
intolerancia a la glucosa, reaccionaron a los edulcorantes químicos mediante la
secreción de sustancias que luego provocan una respuesta inflamatoria similar a
la sobredosis de azúcar, promoviendo cambios en la capacidad del cuerpo para
utilizar el azúcar.
Así que si usted está utilizando edulcorantes
artificiales, para bajar de peso o reducir el riesgo de diabetes, podría más
bien estarse acercando a padecerla.
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