El título de este artículo me pareció llamativo desde el inicio. Al leerlo se hace evidente que no hace referencia a ese chismorreo dañino de criticar, a espaldas de otros, o trasmitir rumores que destruyan el buen nombre de alguien. No, el artículo se refiere al beneficio de la interacción social entre las mujeres. Su esencia podría resumirse, según el mismo artículo en que "sentirse emocionalmente cerca de un amigo aumenta los niveles de progesterona, ayudando a reducir la ansiedad y el estrés."
Sabemos que por naturaleza biológica, quieran algunos comprenderlo o no, las mujeres son más comunicativas y requieren ese contacto social frecuente, en mayor grado que nosotros los hombres. El ritmo de la sociedad contemporánea, especialmente en mujeres relegadas al quehacer doméstico, les ha generado algún grado de aislamiento. Por esto les he insistido, "¡Salgan, compartan, interactúen...!" Y esto, resultará luego, en un mayor nivel de salud emocional.
Finalmente, concluye uno de los investigadores: “Estos vínculos nos pueden ayudar a entender por qué la gente que vive en relaciones muy cercanas son más felices, están más sanos y viven más que los que están socialmente aislados”.
Chismorrear puede contribuir a reducir el estrés y la ansiedad, reveló un estudio en Estados Unidos que vincula una hormona femenina con el comportamiento social y el estado de ánimo de las mujeres.
Sabemos que por naturaleza biológica, quieran algunos comprenderlo o no, las mujeres son más comunicativas y requieren ese contacto social frecuente, en mayor grado que nosotros los hombres. El ritmo de la sociedad contemporánea, especialmente en mujeres relegadas al quehacer doméstico, les ha generado algún grado de aislamiento. Por esto les he insistido, "¡Salgan, compartan, interactúen...!" Y esto, resultará luego, en un mayor nivel de salud emocional.
Finalmente, concluye uno de los investigadores: “Estos vínculos nos pueden ayudar a entender por qué la gente que vive en relaciones muy cercanas son más felices, están más sanos y viven más que los que están socialmente aislados”.
Chismorrear puede contribuir a reducir el estrés y la ansiedad, reveló un estudio en Estados Unidos que vincula una hormona femenina con el comportamiento social y el estado de ánimo de las mujeres.
Se trata de la progesterona, una hormona sexual que fluctúa con el ciclo menstrual y que, junto con los estrógenos, contribuye a la formación de los caracteres sexuales secundarios femeninos. (leer artículo)
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