La fibromialgia es una condición
crónica dolorosa difícil de diagnosticar y de tratar. El enfermo sufre de dolor
crónico en músculos, tendones, ligamentos, tejidos fibrosos y otras zonas. Si
bien puede afectar prácticamente cualquier zona del cuerpo donde tengamos de
estos tejidos (¡es decir, por todo lado!), las regiones que frecuentemente se
ven más afectadas son el cuello, la nuca, el tórax, los hombros, la región
lumbar y los muslos.
Un porcentaje importante de
pacientes con fibromialgia deciden recurrir a la medicina
complementaria/alternativa (CAM por sus siglas en inglés), ya sea decepcionados
de los resultados del tratamiento convencional, o bien, en busca de
alternativas con menos efectos secundarios que los fármacos (los más usados son
los analgésicos antiinflamatorios y los antidepresivos).
Un grupo de investigadores, liderados por el Dr. I. Bell, del Zuckermann College of Public Health, de la Universidad de Arizona, realizaron un estudio para medir la eficacia del tratamiento homeopático individualizado en el manejo de la fibromialgia.
Un grupo de 62 pacientes, con una edad promedio de 49 años, y donde el 94% eran mujeres, fue separado en dos grupos. Al primero se le dio un tratamiento homeopático individualizado, es decir, escogido de acuerdo con las características y reacciones individuales del organismo de cada enfermo. Al segundo grupo, se le dio un placebo, sustancia inerte sin valor medicinal, que no puede ser distinguida del medicamento del primer grupo. Este método de investigación es usado con frecuencia para ver si las respuestas observadas no son provocadas por el efecto mental que para el enfermo tenga el que reciba "algo" para su enfermedad (efecto placebo).
El equipo médico involucraba médicos homeópatas experimentados para la selección y seguimiento del tratamiento individualizado, así cómo médicos no involucrados en el tratamiento, que evaluaban los puntos dolorosos de los enfermos en diferentes tiempos del estudio. A los pacientes se les dio un seguimiento durante 4 meses.
Aquellos pacientes que habían recibido el tratamiento con ingrediente activo, mostraron significativas mejorías en comparación con el grupo que había recibido el placebo. Estas mejorías se manifestaron en la cantidad de puntos dolorosos, en la sensibilidad de los mismos, en su calidad de vida, en su salud global, y en una menor tendencia a sufrir depresión.
El estudio fue publicado en la revista especializada Rheumatology de la Universidad de Oxford (leer artículo original en inglés aquí).
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