El cáncer de estómago es el tercer tumor con mayor mortalidad
en el mundo y el primero
en Costa Rica, debido, entre otras cosas, a su baja tasa de
supervivencia tras el diagnóstico. Adoptar hábitos dietéticos que se alejan del
patrón de dieta occidental en favor de una dieta mediterránea, podría reducir
sustancialmente el riesgo de desarrollar cáncer de estómago.
En una investigación realizada en España, y publicada en Gastric Cancer (en su
versión en línea, 14 Nov 2017) participaron 295 pacientes con adenocarcinoma
de estómago y 3.040 personas sanas de diez provincias españolas, y se exploró
la relación entre el riesgo de tener un adenocarcinoma gástrico y tres patrones
de dieta que caracterizan los hábitos alimentarios de la población. Por un
lado, el patrón occidental representa un tipo de dieta con alto consumo
de productos lácteos grasos, granos refinados, carne procesada, bebidas
azucaradas, dulces, comida preparada y salsas. Por otro lado, el patrón
prudente es característico de personas que parecen estar preocupadas por su
peso y consumen productos lácteos bajos en grasas, granos integrales, frutas,
verduras y zumos. Finalmente, los individuos que siguen un patrón mediterráneo
presentan también un elevado consumo de frutas y verduras, pero añaden a su
dieta pescado, patatas hervidas, legumbres y aceite de oliva y prefieren
consumir las frutas enteras en lugar de ingerirlas en zumos.
Los participantes del estudio con una alta adherencia al
patrón de dieta occidental mostraron el doble de riesgo de desarrollar un
adenocarcinoma de estómago que los individuos con una baja adherencia a esta dieta.
Por otro lado, una alta adherencia al patrón de dieta prudente no se asoció con
el riesgo de este tumor; mientras que los participantes con adherencias altas
al patrón mediterráneo presentaron la mitad de riesgo de desarrollar un tumor
maligno de estómago que aquellos con adherencias bajas. Según apunta Adela
Castelló, “este último resultado es especialmente importante puesto que indica
que para prevenir el cáncer gástrico no es suficiente con consumir una gran
cantidad de frutas y verduras sino que además hay que añadir a la dieta
productos ricos en grasas saludables como el pescado o el aceite de oliva y
otros productos típicos de la dieta mediterránea como las legumbres”.
Según la Dra. Castelló, “Moderar el consumo de lácteos
grasos, granos refinados (pan, pasta y arroz blancos), carnes procesadas
(embutidos, hamburguesas, salchichas, etc.), refrescos azucarados, zumos,
dulces, comida preparada y salsas en favor de una dieta con una alta presencia
de frutas enteras, verduras, legumbres, pescado y aceite de oliva, podría
reducir el riesgo de padecer cáncer de estómago a la mitad”.
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