El concepto de la reserva cognitiva es clave en la persecución de este propósito. Comparar el cerebro con una computadora, donde el hardware y el software cumplen funciones vitales complementarias, nos ayuda a comprender mejor los conceptos de la reserva cerebral y la reserva cognitiva.
Un extenso estudio comenzado con monjas de convento en Minnesota
en la década de 1980’s por el Dr. D. Snowden ayudó a entender cómo la reserva
cognitiva permite compensar los efectos de una lesión o una enfermedad
neurodegenerativa. Ella actuaría como un almacén de recursos que podemos
construir y reforzar a lo largo de nuestras vidas. A pesar de que nuestro cerebro
pueda llegar a edad avanzada con lesiones estructurales, si tiene “más programas
instalados” tendrá la posibilidad de mantenerse funcionando adecuadamente.
Actividades como la lectura, estudiar un idioma, los juegos de mesa o practicar manualidades pueden ser importantes aliados para este propósito. Las actividades que mejor funcionan son aquellas que, resultándonos agradables, nos desafían a pensar, usar la memoria y a pensar estratégicamente, al tiempo que refuerzan la interacción social.
Este video de la BBC (menos de 6 minutos) nos explica de manera sencilla qué es la reserva cognitiva y cuál es su importancia.
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