Esta es una pregunta, que a veces hasta con terror, nos hacemos todos. Vemos cómo con el aumento de la expectativa de vida, también van aumentando las enfermedades degenerativas, y entre ellas, los diversos tipos de demencia.
El sentido común nos dice que un estilo de vida sano y la vida
intelectual activa y estimulante pueden ayudarnos a mantenernos sanos e
independientes durante más tiempo a lo largo de la vida. Un interesante estudio observacional llevado a cabo con una comunidad de monjas en Minnessotta da muestras de esto.
Las monjas de un convento en Mankato, Minnessotta, llamaron la atención de los investigadores, pues entre ellas, muchas superaban los 90 años, algunas los 100. Sorprendió aun más, que en su mayoría, gozaban de una asombrosa agilidad mental. A una de ellas, Marcela Zachman, habiendo dado clases hasta los 97, se le dedicó en una ocasión la portada de la revista Life.
El estudio se comenzó en 1968 con 678 monjas, con una edad promedio de 83 años. El 85 % de ellas eran profesoras.
El Dr. David Snowdon, inicialmente a cargo de esta investigación por la Universidad de Minnessotta, concluyó que estas monjas hacían todo lo posible para mantener la mente ocupada en su vida cotidiana. Concursos, pasatiempos mentales, debates, escribir en sus publicaciones, dirigir seminarios y dar clases, son algunas de las actividades en las que mantenían sus longevas mentes ocupadas.
La conclusión de los investigadores, es que el estímulo diario tiende a revitalizar las conexiones entre nuestras células cerebrales. Estas comunicaciones celulares tienden a atrofiarse con la edad. Ese estímulo coditiano permite nuevas ramificaciones que van estableciendo nuevas conexiones entre las neuronas.
Otros estudios y publicaciones han seguido al estudio inicial de las monjas de Mankato. De uno de estos dimos referencia en este blog (Habilidades lingüísticas y riesgo de demencia.) . Algunos resultados del estudio confirman que ciertas características de la vida durante la década de los 20's, pueden predecir (o prevenir) la aparición de demencia 6 décadas después.
Quizás el consejo más importante para concluir sea: manténgase mentalmente activo y vuélvase intelectualmente curioso. Esto es de especial importancia para los adultos jóvenes. Y aunque no puede considerarse una protección absoluta, la educación puede ayudar a construir más conexiones entre las neuronas cerebrales. Esto puede ser un beneficioso amortiguador para sus capacidades mentales en etapas tardías de su vida.
Envejecimiento sano y demencia: hallazgos del estudio de las monjas (artículo en inglés).
Habilidades lingüísticas en la juventud y su relación con futuro desarrollo del Alzheimer (artículo en inglés).
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